He estado investigando sobre salud durante años. Y en mi experiencia, he aprendido que nada es tan atractivo como los consejos para perder peso. Sin embargo, lo que aparece en los titulares no suele dar resultado en la vida cotidiana, y la obsesión universal por perder peso no es una señal de que estemos priorizando nuestra salud, sino de que no nos sentimos dignas tal como somos. Si hiciste clic en este artículo esperando los consejos habituales «Come menos dulces» o «Haz un entrenamiento HIIT», eso no es lo que es. Aquí encontrarás consejos para bajar de peso que aún no conoces.

Consejos para bajar de peso que aún no conoces

Vamos allá entonces, estos son los consejos para bajar de peso que aún no conoces.

Comienza con mentalidad

Cuando quieres cambiar tu peso, ¿qué es lo primero que haces? ¿Comienza a reducir los azúcares o los carbohidratos procesados o aumentas tus entrenamientos? Antes de cualquier objetivo, hábito o acción tangible, primero debes trabajar en la mentalidad si deseas alcanzar tu peso objetivo (y luego mantenerlo).

La forma en que abordamos un hábito es fundamental para nuestra capacidad de cambiar de una manera duradera. Sin una mentalidad adecuada para abordar el proceso, los altibajos, la disminución de la motivación, el diálogo interno negativo y todas las demás barreras mentales que creamos, no podremos mantener los cambios necesarios que dan como resultado un peso saludable. ”

Primero, identifica por qué quieres cambiar tu peso. Volver a esta motivación central con frecuencia te ayudará a mantenerte inspirada y hacer cambios basados en el amor propio en lugar de la autoconciencia.

Mejora tus niveles de sueño y estrés

Si los únicos factores que has considerado en tu viaje de pérdida de peso son la nutrición y el estado físico, te estás perdiendo los factores clave que pueden hacer o deshacer el logro (y el mantenimiento) de tu peso objetivo. Los niveles de estrés y el sueño son tan importantes como la alimentación y el ejercicio cuando se trata de estar saludable y alcanzar un peso saludable.

El sueño es crucial. Innumerables estudios muestran que la falta de sueño da como resultado un aumento de las hormonas del hambre, un mayor apetito por los alimentos ricos en calorías y un aumento de peso. El estrés también es un gran contribuyente, y también afecta nuestro hambre, tanto fisiológica como emociona.

Identifica el “por qué” detrás de tus patrones de alimentación

Si te sientes desconectado de tus hábitos alimenticios, no puedes controlarte o comes más de lo que sabes que necesitas, el problema no es tu «pereza» o «falta de fuerza de voluntad». El problema es que estás reprimiendo una necesidad emocional que subconscientemente usas la comida para tratar de calmar.

Muchos de nosotros usamos la comida para calmarnos, esto en realidad está programado en nuestra neurobiología. Puedes pensar que tiene antojo de una dona o que necesita absolutamente una porción de pizza, pero tu cuerpo en realidad está tratando de decirte que necesita algo más, ya sea un descanso, alivio del estrés, consuelo emocional o algo más profundo.

Deja de restringir

En el pasado, es posible que hayas restringido las calorías o los grupos de alimentos para perder peso. Es posible que hayas rastreado los macronutrientes en una aplicación o hayas eliminado los lácteos o el azúcar, todo en nombre de unas pocas libras menos.

En realidad, restringir y limitar podría impedirte alcanzar tus objetivos de salud.

La restricción invariablemente nos hace querer hacer exactamente lo que estamos tratando de restringir: centra la atención en la escasez, lo que hace que el cuerpo piense que necesita más de ese alimento. La restricción también provoca hambre, que simplemente no es sostenible.

Come mucho de lo que te sirve, de modo que tengas menos espacio para lo que no. Sí, eso significa agregar más plantas a cada comida, y subconscientemente estarás desplazando los alimentos que no te hacen sentir bien. Lo más importante es comer de forma intuitiva en lugar de basarse en números o porcentajes.

Concéntrate en tu rutina

Imagínese esto: has alcanzado tu peso ideal, por lo que te vuelves menos consciente de mantener esos hábitos saludables y luego te sientes frustrada cuando tu cuerpo vuelve a ser como antes.

O tal vez comes más plantas, haces más ejercicio y priorizas el sueño durante una semana, y luego te enojas y te detienes porque no viste cambios después de esos siete días.

La rutina es crítica. Nos permite mostrarnos por nosotras mismas, incluso cuando no tenemos ganas. Cada práctica que nos ayuda a lograr un peso objetivo también nos ayuda a mantener un peso saludable.

 

Pin It on Pinterest

Shares
Comparte este post