Durante la cuarentena, más que nunca, necesitamos estar en contacto con nosotros mismos: Nuestro cuerpo, nuestra mente y todo lo que se encuentra en el medio. Identificar por lo que estamos pasando, ya sean sentimientos de ansiedad, miedo, pensamientos negativos o antojos inusuales, puede ayudarnos a encontrar una mejor manera de calmarnos y apoyar a quienes nos rodean. Todos nos estamos adaptando a esto. Es una montaña rusa de emociones, ya sea que debas salir diariamente por tu trabajo o mantenerte aislada en casa.

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¿Qué es la ansiedad?

La ansiedad es la respuesta física y mental de tu cuerpo al estrés. Generalmente se manifiesta en la mente como una incapacidad para concentrarse, pensamientos intrusivos, incapacidad para relajarse o pensamientos obsesivos sobre experiencias negativas del pasado.

Los síntomas físicos de ansiedad incluyen aumento del ritmo cardíaco, dificultad para dormir, fatiga, sudoración, pérdida de la libido y ataques de pánico, entre otros. Estos pueden ser debilitantes e impedir que las personas realicen labores cotidianas como el trabajo o las tareas del hogar.

Los síntomas de ansiedad a menudo se superponen con la depresión. Por ejemplo, una persona con depresión puede experimentar síntomas mentales de ansiedad acompañados de sentimientos de baja autoestima, culpa y pensamientos suicidas.

¿Qué puede desencadenarla?

Cada individuo tiene sus propios factores estresantes únicos que pueden desencadenar ansiedad. Estos pueden estar vinculados a ciertas experiencias que sucedieron en tu pasado. Las relaciones estresantes en las que las parejas discuten regularmente, por ejemplo, pueden hacer que una persona se sienta constantemente nerviosa.

La actual crisis del coronavirus también puede ser un fuerte desencadenante de ansiedad. Además de preocuparte por la pandemia en sí, los sentimientos de aislamiento y claustrofobia como resultado del encierro también pueden resultar en un aumento de la ansiedad y los ataques de pánico.

Cómo calmarte a ti misma

Los síntomas físicos de la ansiedad son más fáciles de detectar. Es difícil ignorar el aumento de la frecuencia cardíaca, la sudoración, las dificultades para dormir, etc. Sin embargo, muchas personas con ansiedad ignoran los síntomas mentales de la ansiedad. Por lo tanto, es importante controlar tu comportamiento e identificar cualquier cambio en contraste con tu estado anterior.

El ejercicio es, quizá, lo mejor que puedes hacer para aliviar tu ansiedad. Los beneficios de un buen entrenamiento son enormes, ya que ayudan a liberar endorfinas; las cuales reducen los niveles de estrés y provocan sentimientos de positividad en la mente.

Cómo ayudar a otras personas con ansiedad

Detectar la ansiedad en otra persona puede resultar difícil. Pueden mostrarse reacios a abordar su ansiedad, descartando sus preocupaciones con humor o cambiando de tema. Sin embargo, hay señales que debes tener en cuenta. Pueden romper a llorar espontáneamente o pueden estar bebiendo alcohol con más frecuencia. Una persona con ansiedad también puede ser reacio a participar en actividades sociales, incluidas aquellas actividades realizadas a través de chats de video.

Si te preocupa alguien con ansiedad, comunícate con él con amabilidad. Evita tenderles una emboscada. En cambio, explícales que los cuidas y que te preocupas por su bienestar. Indica que has notado cambios en el comportamiento y deseas abordarlos.

No le digas a tu ser querido que debe actuar de inmediato. Simplemente pregúntales si es posible tener una conversación al respecto y anímalos a expresar sus pensamientos y sentimientos. Deja a un lado tus preocupaciones y déjales hablar; este es el primer paso para lidiar con su ansiedad.

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¿Qué es el miedo?

El miedo es una emoción que se estimula de dos formas. Cuando permitimos que el miedo domine nuestra atención, provoca cambios en nuestro cuerpo que producen hormonas del estrés como el cortisol y la adrenalina, que nos preparan para afrontar una amenaza real o percibida.

Cuando repetidamente pensamos en el miedo, la duda y la incertidumbre, estos químicos pueden terminar volviéndose adictivos. Con la incesante cobertura de Coronavirus y la cuarentena que mantienen nuestras emociones elevadas y estimula constantemente nuestra respuesta al miedo, millones de personas en todo el mundo se están volviendo adictas a estas hormonas y viven en un estado de miedo.

¿Qué puede desencadenarlo?

Algo fuera de nosotros puede desencadenar esa respuesta de miedo, como un conflicto que estamos presenciando o un programa de televisión en el que el tema es de naturaleza aterradora. O, cuando permitimos que nuestra mente se concentre en ideas, recuerdos o posibilidades futuras que podrían causarnos daño o sufrimiento. Como habrás notado, el Coronavirus y la cuarentena encajan perfectamente en estas dos categorías.

Cómo lidiar con el miedo

El miedo reduce la capacidad natural del cuerpo para resistir las enfermedades, y una persona puede sentirse cada vez más vulnerable cuanto más tiempo permanece el estado de miedo. El miedo parece bombardear a las personas sin piedad a través de cada televisor y pantalla de teléfono, y muchas personas recurren a las drogas, el alcohol, la cafeína, la comida y/o el sexo para desviar su atención de ellos. Esto es algo que puedes notar ti misma o en un ser querido.

  • Respira profundamente. Esto enviará una señal a tu cerebro de que es hora de relajarse.
  • Evita obsesionarte con cosas a tu alrededor que estimulen el miedo y tu sistema inmunológico se mantendrá fuerte. Por ejemplo, evita ver o leer las noticias antes de acostarte si encuentras que interfiere con tu capacidad de dormir o la de tus seres queridos.
  • Busca la meditación guiada en YouTube, hay muchas para elegir y puedes hacerlo tú misma o con un ser querido.
  • Busca situaciones, circunstancias y entornos sociales que estimulen una sensación de relajación.

Recuerda, no estás sola en esto. La cuarentena es una situación transitoria. Eventualmente, volveremos a nuestras vidas de antes.

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