A medida que nos adentramos en el otoño, puede que encuentres que es el momento perfecto para renovar tu rutina de trabajo. En esta época del año, muchos de nosotros cambiamos las vacaciones de verano por días cargados de reuniones y plazos ajustados mientras nos esforzamos por cumplir nuestros objetivos de todo el año. Si a esto le añadimos la vuelta al cole de los niños o el inicio de un nuevo semestre universitario, no es de extrañar que nos sintamos necesitados de una nueva y refrescante rutina. Lo que te recomendamos es que aprendas cómo renovar tu rutina de trabajo para el otoño.

Y aquí están las buenas noticias, puedes crear una rutina de trabajo de otoño productiva y satisfactoria.

Cómo renovar tu rutina de trabajo para el otoño

Aquí están los mejores consejos sobre cómo renovar tu rutina de trabajo para el otoño para reajustar después de un verano lleno de vacaciones y terminar el año con fuerza.

Enfréntate al otoño con una nueva perspectiva de tu rutina

El otoño suele señalar el inicio de una temporada de trabajo intensa en todos los sectores y funciones. Con sólo cuatro meses en el año, la presión está en conseguir las listas de tareas diarias y los objetivos de todo el año antes de la temporada de vacaciones.

Una de las primeras cosas que me vienen a la mente sobre la vuelta al trabajo en otoño es la Ley de Parkinson, que afirma que el trabajo se expande para llenar el tiempo asignado. Entramos en una temporada de mucho trabajo para compensar la lentitud del verano. Adoptamos un sentido de urgencia en el trabajo, que puede ser abrumador y agotador.

Entra en esta temporada de ajetreo con una nueva perspectiva de tu rutina. Lo que te ha servido en primavera y verano no necesariamente te ha servido para tener éxito en otoño. Algunas áreas en las que se puede empezar a pensar en mejorar las rutinas son la rutina previa al trabajo, la pausa del almuerzo y los horarios de las reuniones recurrentes.

Adapta tu jornada laboral al cambio de hora

Es fácil temer el cambio de hora, a no ser que tengas la suerte de vivir en un lugar en el que no se aplique el horario de verano. Una forma fácil de combatir los sentimientos de temor y ansiedad es utilizar el cambio en tu beneficio.

Convierte el cambio en algo positivo. El «regreso del otoño» es un buen momento para pasar a acostarse más temprano debido al cambio de luz. Considera la posibilidad de dejar entrar la luz natural a través de las ventanas por las mañanas.

Mientras ajustas tus rutinas personales en función del cambio de hora, piensa en cómo afrontarlo en el trabajo. La realidad es que es un momento difícil para todos. ¿Qué puedes hacer para ayudar a tus compañeros de trabajo y a ti mismo a adaptarte?

Durante la semana que rodea al cambio de hora, ten en cuenta que el cambio se acerca. Cambia tus reuniones a horas más tardías para ser amable con tu equipo y contigo misma.

Planifica tu horario en función de tu cronotipo

Si buscas en Google «cronotipo«, te encontrarás con diferentes modelos de cronotipos biológicos, todos ellos relacionados con los ritmos circadianos únicos de cada persona. En todas las estaciones, pero sobre todo cuando el trabajo se intensifica en otoño, tu cronotipo es un factor de cambio.

Saber qué cronotipo eres puede ayudarte a decidir cómo pasas tu tiempo durante el día y qué pones en tu horario de trabajo. También ayuda a los directivos y a los miembros del equipo a saber que no todo el mundo se siente igual a la misma hora del día.

Entiende lo que necesitas y lo que quieres en tu rutina

El otoño es una excelente oportunidad para cambiar de rutina. Antes de realizar cualquier cambio, se recomienda identificar tus necesidades y deseos. A continuación, haz una ingeniería inversa de tu horario. Te proponemos algunas preguntas que debes hacerte:

¿Qué necesito hacer cada mañana?

Piensa en estas acciones como los «no negociables» para una mañana exitosa. Por ejemplo, ¿necesitas levantarte y tomar una taza de café para funcionar durante tu jornada laboral? ¿Necesitas llevar ropa de verdad para tus llamadas de Zoom para evitar conversaciones incómodas con tu jefe sobre tu vestimenta? ¿Necesita enviar a sus hijos al colegio cada día?

¿Qué quiero hacer cada mañana?

Una vez que hayas determinado lo que necesitas hacer cada mañana, considera lo que quieres incorporar a tu rutina. Añadir 10 minutos de lectura, una meditación visual, un entrenamiento ligero o un paseo matutino pueden ser formas vigorizantes de empezar el día.

Una vez que hayas hecho una lista de tus necesidades y deseos, haz una ingeniería inversa de tu horario para determinar cuándo debes levantarte. Supongamos que debes estar en el trabajo (en persona o en línea) exactamente a las 8:00 a.m., y que planeas ducharte, preparar el desayuno, leer durante 20 minutos y hacer yoga antes de tu jornada laboral. A continuación, calcula a qué hora tienes que levantarte para realizar todas esas tareas antes de las 8:00. Además, pregúntate si hay alguna tarea que puedas recortar, condensar o trasladar a otro momento del día.

Establece objetivos para el cuarto trimestre e intenta una planificación trimestral

Tendemos a pensar en nuestro año en términos del calendario de 12 meses. No es raro establecer metas anuales en el trabajo, ya que las empresas trabajan para alcanzar los objetivos de la compañía. Dado que el otoño es una temporada de trabajo de ritmo rápido, se recomienda acortar el plazo de fijación de objetivos. Apóyate en la planificación trimestral a la hora de dar forma a tus rutinas. Acortar el plazo y pensar en tu trabajo, tu vida y tus objetivos cada trimestre es un cambio de juego. Los trimestres coinciden con los cambios de estación del año, lo que hace más fácil reajustar tus rutinas con los cambios de estación.

Construimos nuestras rutinas en torno a nuestros objetivos y prioridades. Por lo tanto, puede ser un reto comprometerse con una rutina cuando nuestros objetivos no están claros. Cuando renueves tu rutina esta temporada, identifica y entiende lo que necesitas lograr antes de las vacaciones. Sé realista con la cantidad de tiempo que tienes y lo que necesitas hacer. Considera la posibilidad de trasladar los objetivos y prioridades no urgentes al primer trimestre del próximo año.

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