Una vez que llegamos a los treinta, nuestra planificación financiera toma un tono diferente. Los gastos se vuelven un poco más serios, estamos (idealmente) ganando un poco más a medida que expandimos nuestros negocios o subimos en la escala corporativa, y podríamos estar ahorrando para metas más grandes como un hogar o una familia. Eso significa que esta década marca el comienzo de algunas reglas nuevas sobre la administración del dinero. Y precisamente estas reglas de dinero que toda mujer debe aplicar en sus 30s, harán que tus finanzas fluyan mejor.

Reglas de dinero que toda mujer debe aplicar en sus 30s

Si estás en tus treinta o estás a punto de subir ese tercer escalón, te recomiendo que sigas leyendo para conocer esas reglas de dinero que toda mujer debe aplicar en sus 30s.

Gasta estratégicamente

Si la palabra «presupuesto» te hace temblar un poco, está bien. Pero para cuando lleguemos a los 30, es importante dominar los conceptos básicos financieros: saber exactamente de dónde provienen nuestras ganancias y exactamente a dónde van. Gastar estratégicamente significa alinear nuestros hábitos diarios con nuestras prioridades a corto y largo plazo.

Comprende tu seguro

Probablemente todos hemos tenido algún encontronazo con un problema de salud, un problema con el automóvil o un desafío en el piso que requirió el uso de un seguro. En esta etapa de nuestras vidas, es más importante que nunca saber exactamente qué cubren estos planes, cuánto estamos gastando en ellos y si nuestros riesgos y estilo de vida coinciden adecuadamente con lo que estamos pagando.

Tener un testamento

Tú, sí tú, necesitas un testamento. No es tan complicado como crees, y algunos lugares incluso ofrecen un borrador rápido de forma gratuita. Si tiene activos, mascotas o dependientes y tienes más de 30 años, es una parte importante de tu plan financiero general.

Si bien puede parecer un poco estresante o temprano pensar en esta etapa de la vida, es un gesto extremadamente compasivo pensar en el cuidado futuro de tus seres queridos.

Establece un fondo de emergencia

Unos pocos miles de euros pueden contribuir en gran medida a brindar seguridad ante cualquier desafío inesperado de la vida. Los expertos varían en cuanto a la cantidad que debes ahorrar. Si tienes dependientes, te encuentras en una industria volátil o estás planeando una compra importante en el futuro, puedes beneficiarte con hasta seis meses de ahorro en gastos de manutención. Un buen lugar para comenzar a ahorrar es un pequeño fondo de emergencias que puede ayudarte a superar las sorpresas de la vida.

Invierte en objetos de valor

Esta etapa de la vida es un buen momento para empezar a invertir en más cosas de calidad en nuestra vida. Ya sean muebles, experiencias de viaje o un guardarropa que nos ayude a llevar lo mejor de nosotras mismas al trabajo, nuestros treintas se tratan de gastar por valor. La próxima vez que tengamos la tentación de gastar cien euros en un minorista de moda rápida, mantener ese mantra de «gastar por valor» puede ser una buena manera de verificar qué tan bien se alinean estas compras con nuestros objetivos en esta etapa de la vida.

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Evalúa tu progreso financiero

La administración del dinero a los 30 años de edad a menudo significa que estamos trabajando para lograr grandes metas, y la única manera de asegurarnos de que las alcancemos es dividirlas en pasos más pequeños y medir ese progreso con frecuencia.

Si estamos en una relación, esto podría parecer una cita financiera mensual con nuestra pareja (o algo menos formal). Incluso echar un vistazo periódicamente a una aplicación de gasto o inversión asegura que estemos comprobando cómo nos estamos moviendo hacia nuestros objetivos.

Encuentra una filosofía de dinero

Ninguna de nosotras lo tiene «todo resuelto» cuando llegamos a los 30, pero estamos en camino de tener un sentido más claro de nosotras mismas en todas las áreas de nuestras vidas. ¡Esto también puede extenderse a nuestras finanzas!

De la misma manera que empezamos a saber lo que estamos buscando en una pareja, ciudad o trabajo, empezamos a tener una idea de lo que nos funciona en nuestra filosofía financiera.

Tener algunos principios rectores sobre el dinero nos da la oportunidad de establecer nuestras propias reglas.

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