Si te encuentras en tu etapa de chica fitness, lo más probable es que hayas oído hablar de los electrolitos, pero el alcance de tu conocimiento sobre ellos empieza y termina con el refuerzo de la hidratación, o quizás con las bebidas Gatorade. Aunque las bebidas deportivas tienen mala fama por sus aditivos (como el azúcar y los colorantes artificiales), los electrolitos que contienen pueden ayudarte a conseguir tus objetivos de hidratación, sobre todo después de sudar. Pero, ¿qué son los los electrolitos y para qué sirven? Pues no te preocupes, hoy vamos a esclarecer todo tipo de dudas.

Qué son los los electrolitos y para qué sirven

Vamos a averiguar qué son los los electrolitos y para qué sirven; y todo lo que debes saber acerca de estos.

Los electrolitos son minerales esenciales que llevan una carga eléctrica en nuestro cuerpo. Desempeñan un papel vital en el mantenimiento de diversas funciones fisiológicas, como la señalización nerviosa, las contracciones musculares y el equilibrio de líquidos.

Los electrolitos son vitales para procesos específicos que hacen que el cuerpo funcione como debe, a saber, mantener una hidratación adecuada y la función del sistema nervioso y los músculos, así como regular los niveles internos de pH del organismo. Los electrolitos más comunes incluyen sodio, potasio, calcio, magnesio, cloruro, bicarbonato y fosfato, y están presentes en fluidos corporales como la sangre, la orina y el sudor.

Cuando realizamos actividades físicas o sudamos en exceso debido al calor o al ejercicio intenso, perdemos electrolitos. Por lo tanto, reponerlos es crucial para prevenir la deshidratación y mantener la salud en general.  Ya sea a través de alimentos o bebidas ricos en electrolitos, mantener una ingesta equilibrada de estos minerales es necesario para las funciones corporales óptimas y el bienestar general.

Cómo saber si hay deficiencia de electrolitos

Los signos reveladores relacionados con la falta de electrolitos, a menudo denominados desequilibrios electrolíticos, pueden variar en función del electrolito específico afectado y de la gravedad del desequilibrio. Sin embargo, algunos síntomas comunes pueden incluir calambres o debilidad muscular, fatiga o letargo, mareos o aturdimiento, confusión o dificultad para concentrarse y dolores de cabeza; algunos de los síntomas más comunes según el tipo de deficiencia de electrolitos:

  • Calcio: calambres musculares, entumecimiento u hormigueo en los dedos de manos y pies, debilitamiento de los huesos y problemas dentales.
  • Cloruro: pérdida de líquidos, deshidratación, debilidad o fatiga, dificultad para respirar, diarrea o vómitos.
  • Magnesio: espasmos musculares, temblores, debilidad, fatiga y ritmo cardiaco irregular.
  • Potasio: debilidad muscular o calambres, latidos cardíacos irregulares, fatiga y estreñimiento.
  • Sodio: fatiga, dolor de cabeza, náuseas, confusión, debilidad muscular y convulsiones.

En la mayoría de los casos, una dieta completa a base de frutas y verduras puede proporcionar electrolitos suficientes a una persona normal. Dicho esto, por desgracia, mucha gente no sigue una dieta equilibrada, por lo que el uso de electrolitos de sustitución puede ser importante para muchas personas. Además, la actividad física intensa, la sudoración prolongada, los vómitos, la diarrea o ciertas afecciones médicas pueden provocar un aumento de las pérdidas de electrolitos y la necesidad de suplementos adicionales.

Deberías obtener todos los electrolitos que necesitas de una dieta ideal, pero en los días en los que tu ingesta de fruta y verdura es menor o estás más agotado (por ejemplo, si estás haciendo un entrenamiento sudoroso, viajando o te sientes indispuesto), puedes beneficiarte de la suplementación para restaurar los niveles de electrolitos.

Alimentos que contienen electrolitos

Para obtener tu dosis diaria de electrolitos, también puedes recurrir a los alimentos básicos de tu cocina. Aquí tenemos varios alimentos que contienen electrolitos de forma natural y pueden ayudar a mantener un equilibrio saludable de minerales esenciales.

  • Potasio: plátanos, naranjas, aguacates, tomates, espinacas, boniatos, yogur
  • Sodio: sal marina, pepinillos, aceitunas, apio, remolacha, anchoas.
  • Calcio: productos lácteos (leche, queso, yogur), verduras de hoja verde (col rizada, brócoli), leche vegetal enriquecida, tofu.
  • Cloruro: sal de mesa, algas, aceitunas, tomates, lechuga
  • Magnesio: frutos secos y semillas (almendras, anacardos, pipas de calabaza), espinacas, legumbres, cereales integrales, chocolate negro.

Leer más |Cómo mantener una dieta saludable|

Consulta a un médico o profesional sanitario antes de iniciar cualquier tratamiento.

Consulta siempre a tu médico u otro profesional sanitario cualificado si tiene alguna duda sobre tu estado de salud médica o mental. Nunca desestimes el consejo de un médico profesional ni te demore en buscarlo por algo que haya leído en este post.

Pin It on Pinterest

Shares
Comparte este post