Cuando conoces a alguien nuevo, una de tus primeras preguntas suele ser: «¿Y a qué te dedicas?». Es una pregunta aparentemente bien intencionada, pero todos sabemos que en realidad significa: «¿Y qué haces para vivir?». Como si eso fuera lo más destacable de una persona. El trabajo es una parte importante de nuestra vida pero no la única, allí radica una de las principales razones por qué necesitas tener pasatiempos en tu vida.

Creo que todos queremos una vía de escape de nuestros ajetreados días que nos reduzca el estrés, que nos ayude a conectar con gente nueva y, lo más importante, que nos de permiso para hacer lo que más nos gusta.

Por qué necesitas tener pasatiempos en tu vida

Entonces por qué necesitas tener pasatiempos en tu vida.

La importancia de las aficiones fuera del trabajo

Una persona media pasa un tercio de su vida en el trabajo. También se dice que pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo, pero esa parte me parece bien. Con tanto tiempo dedicado al trabajo, no es de extrañar que nuestro sentido del yo se vea enturbiado por nuestras carreras.

No me malinterpreten. Nuestros trabajos son muy importantes, pero no deberían constituir toda nuestra identidad. Dedicar nuestro tiempo fuera del trabajo a actividades que llenen nuestros vasos mentales de positividad puede ayudarnos a recordar quiénes somos realmente.

Por qué tu trabajo no debería definirte

Después de unos meses de dejar que mi trabajo gobernara mi vida, me di cuenta de que me sentía muy desconectada de mí misma. ¿Qué iba a decir a la gente que quería conocerme más allá de lo que hacía para ganarme la vida? ¿Quién era yo en el fondo? Sabía que necesitaba algo que me ayudara a volver a ser yo misma y dejar de dejar que mi carrera definiera mi identidad.

Cómo afectan las aficiones al sentido del yo

El sentido de sí misma es un conocimiento profundo de lo que te gusta, lo que no te gusta, la moral, las pasiones, los talentos y, en definitiva, cómo te ves a ti misma. Para desarrollarlo, necesitas probar cosas nuevas, aprender nuevas habilidades y conocer gente nueva. Por eso, tener una afición puede influir tanto en lo que uno es de adulto.

Muchas experiencias de la vida conforman lo que somos, pero las aficiones son algo que elegimos hacer en lugar de algo que se nos impone o se espera que hagamos. Es importante reflexionar sobre cómo te hacen sentir las nuevas actividades. ¿Estas experiencias te recargan o te agotan?

Cómo encontrar una nueva afición

No tengas miedo de probar unas cuantas cosas antes de encontrar la que saca lo mejor de ti. Busca en sitios web como Facebook o Meetup para unirte a un club o equipo. O prueba una afición que puedas hacer en casa, como cocinar, pintar o hacer labores de aguja.

Lo mejor de las aficiones es que no tienes que demostrar nada ni cumplir las expectativas de los demás. No hay juicios, ni obligaciones (importantes), y el viaje es personal para ti. Puedes practicar yoga, unirte a un equipo deportivo, aprender un nuevo instrumento o convertirte en una madre de un perro o una planta. Sea lo que sea, el único criterio es que te ayude a sentirte completo y, en definitiva, como el mejor y más auténtico tú.

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