Entender la ansiedad es el primer paso para lidiar con ella. La preocupación es una parte normal de nuestras vidas, y hay momentos en que, incluso, puede ser útil. Idealmente, y hasta cierto punto, preocuparnos por cosas como las finanzas o las relaciones familiares pueden hacer que pensemos seriamente en ellas y nos impulsa a tomar las medidas adecuadas para enfrentarlas. Sin embargo, es posible que nuestras preocupaciones se vuelvan excesivas, irracionales e incontrolables; robando gran parte de la alegría de nuestras relaciones, actividades cotidianas y logros.

Aprendamos a lidiar con la ansiedad

Por supuesto,  es imperativo buscar ayuda médica profesional si la ansiedad interfiere gravemente con tu trabajo y relaciones personales o familiares, o si continúa durante varios meses.

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¿Va a pasar o no va a pasar?

Cuando tienes pensamientos ansiosos, tu mente está tratando de protegerte, al buscar predecir lo que podría suceder, pero eso no significa que sucederá. Pregúntate si algo bueno podría pasar, basándote en experiencias pasadas y cualquier otra información que puedas tener.

Decide si un pensamiento es útil

Imagina que estás pensando en solicitar un trabajo, pero solo una persona de cada 50 solicitantes obtendrá ese puesto. Si te concentras en ese pensamiento, puedes desmotivarte y ni siquiera aplicar. En su lugar, trata de concentrarte en los pensamientos que son útiles, como por qué serías una solicitante excepcional, en tus cualidades y aptitudes.

¡Muévete!

Es sorprendente lo mejor que puedes sentirte después de los 30 minutos de ejercicio en la mañana. Encuentra alguna forma de movimiento que disfrutes o al menos toleres, practícala de 3 a 5 veces a la semana, elimina esa ansiedad y enfrenta el día que viene.

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¿Quién puede tener mayor tendencia a desarrollar ansiedad?

Sufrir este tipo de preocupación durante seis meses o más se conoce como trastorno de ansiedad generalizada (TAG). Las estadísticas reportan que aproximadamente el 5.7% de los adultos experimentan TAG en algún momento de su vida. La tendencia es más elevada en mujeres (3.4%), que en hombres (1.9%), pero, según especialistas, algunos factores pueden aumentar el riesgo de desarrollar TAG.

Personalidad

Una persona que tiene un temperamento tímido o negativo, o que evita cualquier cosa peligrosa, puede ser más propensa a sufrir ansiedad.

Genética

Los trastornos de ansiedad pueden presentarse como herencia familiar.

Experiencias

Estos incluyen una historia de cambios significativos en nuestra vida o atravesar experiencias traumáticas.

Drogas o alcohol

El mal uso y la abstinencia pueden causar o empeorar la ansiedad.

Síntomas del TAG

  • Fatiga
  • Problemas para conciliar el sueño o quedarse dormido
  • Nerviosismo o asustarse fácilmente
  • Náuseas o síndrome del intestino irritable
  • Sudoración, temblor, sensación de nerviosismo
  • Irritabilidad

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Con un poco de concentración, se puede entender y tratar la ansiedad. Pero si tienes problemas, no hay necesidad de soportar un sufrimiento prolongado: Busca ayuda de un profesional médico calificado.

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