Los cambios profesionales son estresantes y francamente emocionales a cualquier edad, pero hay algo en el hecho de hacerlos a los 30 que puede resultar especialmente conflictivo. Después de todo, la sociedad nos dice que se supone que lo tenemos todo resuelto cuando cumplimos los treinta, así que la idea de que nos hemos equivocado de carrera puede ser una realidad desagradable. Por otra parte, la perspectiva de explorar un nuevo trabajo que alimente tu alma puede ser estimulante. Después de pasar los 20 a tientas y acostumbrarte a la vida adulta, es natural preguntarte si es posible cambiar de profesión a los 30 y si merece la pena explorar estas emociones y empezar de nuevo.

¿Es posible cambiar de profesión a los 30?

Sí, se puede cambiar de profesión a los 30 años. De hecho, podría decirse que es el mejor momento para cambiar de profesión porque normalmente se tienen menos responsabilidades que a los 40 o 50 años. Naturalmente, esto puede hacer que sea más fácil invertir en ti mismo, comenzar una nueva carrera y tener éxito mientras pasas los próximos 30 años ganando dinero con algo que te apasiona antes de jubilarte.

Cambiar de profesión a los 30 puede llevarte a los mejores años de tu vida

La vida es demasiado corta para ser feliz, y si vas a trabajar para ganarte la vida, más vale que sea haciendo algo que te produzca satisfacción. A los 30 años, te conoces mejor a ti misma y sabes cuáles son tus prioridades, cómo trabajas y qué quieres de la vida. Esta claridad mental puede ayudarte a encontrar una nueva trayectoria profesional que se alinee con tus objetivos, valores y lo que enciende tu alma. Por ejemplo, si valoras tu tiempo libre, sabrás que debes buscar un puesto que priorice el equilibrio entre la vida laboral y personal cuando llegue el momento de encontrar trabajo.

Además, a los 30, tienes unos 10 años de experiencia laboral a tus espaldas, y los empresarios no descartarán tu experiencia relevante ni las habilidades que has cultivado y perfeccionado durante la última década. También hay muchas posibilidades de que no tengas que empezar tu nuevo trabajo en un puesto de nivel inicial; tiene que haber al menos una habilidad transferible en tu repertorio (aunque probablemente tengas una lista muy larga). Del mismo modo, la red de contactos profesionales que creaste a los 20 años también puede facilitarte el cambio y te resultará útil si necesitas referencias para futuros empleadores.

Preguntas que debe hacerte si quieres cambiar de profesión a los 30 años

Los cambios profesionales son importantes, por lo que es importante tomarte un tiempo para evaluar y descubrir la verdadera razón de tu deseo de cambio. Esto te dará la confianza que necesitas para dar el salto y seguir adelante.

  • ¿Soy buena en lo que hago?
  • ¿Disfruto con lo que hago?
  • ¿Es tóxico mi entorno de trabajo?
  • ¿Qué es lo que no funciona en mi carrera actual?
  • ¿Qué me apasiona?
  • ¿A qué me veo dedicándome el resto de mi vida?
  • ¿Cómo quiero que sea mi vida dentro de 5 años?

Cómo cambiar de profesión a los 30

Piensa en lo que te llevó a tu campo y puesto actuales. ¿Fue impulsado por la pasión? ¿Lo elegiste porque los adultos de tu vida lo consideraron una «elección segura»? Piensa en los intereses que te llevaron a este trabajo y en los aspectos que te gustan y los que no. Asegúrate de anotar todo esto en una lista o introdúcelo en una plantilla de pros y contras para tenerlo todo controlado.

Haz inventario de tus habilidades y pasiones

También es buena idea hacer una lista de todas tus habilidades y pasiones. Una vez que la hayas hecho, repásala y piensa qué carrera te gustaría explorar y cuáles de tus habilidades son transferibles (comunicación, flexibilidad, gestión del tiempo, etc.). Lo más probable es que muchas de ellas te sean útiles en tu próxima carrera. Tener claro cuál es exactamente tu conjunto de habilidades, en qué eres bueno y qué enciende una chispa en ti hará que encontrar la carrera adecuada sea más fácil.

 

Determina tu nueva trayectoria profesional

Utiliza tus notas de los dos primeros pasos como referencia y empieza a pensar en una nueva trayectoria profesional. Evalúa tus puntos fuertes y débiles, tus intereses personales y lo que quieres a largo plazo de tu próximo trabajo a tiempo completo. Esto podría incluir mejores prestaciones, un plan de jubilación sólido, flexibilidad, la posibilidad de ascender rápidamente en la escala profesional, etc.

Encuentra tu nueva profesión

En todos los sectores hay numerosos puestos de trabajo, así que es importante que investigues y consultes las descripciones básicas de los puestos, los salarios medios y los requisitos, así como las trayectorias típicas de cada ocupación en el campo que elijas. Esto te ayudará a decidir exactamente a qué trabajo aspirar, a tener clara la experiencia y las aptitudes transferibles que ya tienes para ese trabajo, y lo que necesitas obtener para estar plenamente cualificado.

Tener un currículum actualizado nunca viene mal. Al fin y al cabo, nunca se sabe cuándo pueden buscarte posibles empleadores u otros profesionales.

Ganar experiencia relevante y obtener nuevas habilidades

Piensa qué habilidades necesitas para el trabajo de tus sueños y busca varias formas de conseguirlas. Esto puede incluir cosas como volver a la escuela a tiempo parcial y trabajar para obtener un nuevo título o matricularte en cursos de formación de habilidades, leer libros de autoayuda o educativos y estudiar a las personas que admiras en el trabajo de tus sueños.

Prepare sus finanzas

Los cambios de profesión pueden ser duros desde el punto de vista financiero, así que si te estás preparando para hacer el cambio, ahora es el momento de prepararte. Analiza tus ingresos, gastos de manutención, pagos de deudas y lo que ahorras cada mes; comprueba si hay alguna forma de ajustar tu presupuesto y contribuir más a tu fondo de emergencia o áreas en las que puedas recortar para disminuir la cantidad total que gastas al mes. Puede que tengas que cambiar tu estilo de vida por el momento, pero tener un colchón financiero sustancial hará que sea más fácil la transición a un nuevo papel y adaptarse a cualquier cambio en tus ingresos.

No tengas miedo de solicitar nuevos puestos de trabajo: no conseguirlo es lo peor que te puede pasar. Al menos, te pondrás en contacto con las personas adecuadas y tendrás la oportunidad de causar una impresión que te ayudará más adelante, cuando hayas adquirido las habilidades necesarias y la experiencia pertinente.

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