En los últimos años, se ha empezado a cuestionar muchos de los mitos de belleza que nos han dicho toda la vida. «¡No necesitas protector solar por debajo de la ropa!» Falso. «¡Tienes que lavarte el pelo todos los días!». Falso. «¡La única manera de deshacerte de un grano es reventarlo!» Mega falso. Recientemente, se ha empezado a cuestionar un mito de belleza muy común: ¿Debemos ducharnos todos los días? Seguro que tú también te lo has preguntado.

Yo lo he hecho alguna vez y mi cuerpo no ha implosionado. Pero, ¿debemos ducharnos todos los días como nos han dicho nuestras madres desde pequeñas?

Debemos ducharnos todos los días

¿Necesito añadir toda la rutina de la ducha a mi día cuando me siento (y huelo) tan limpia como una rosa? Mi primera suposición: probablemente no. Pero veamos qué se sabe al respecto.

Ducharse elimina la suciedad, la polución, la grasa y el sudor de la piel, así que la frecuencia depende de tu nivel de actividad y de tu tipo de piel. Si tienes la piel seca o sensible, te recomiendo que te duches cada dos o tres días. Por otro lado, si tienes un tipo de piel más grasa y propensa al acné, es importante que te limpies para evitar brotes. Por lo general, ducharse cada dos días debería ser suficiente para mantener la piel limpia y sin irritaciones.

Qué hacer después de entrenar

Se recomienda ducharse en cualquier momento después de una sudoración excesiva para evitar los brotes o la irritación de la piel. Sin embargo, evita usar demasiado jabón. Si sabes que vas a entrenar a en la tarde, procura no ducharte esa mañana antes de ir a trabajar. Ducharte demasiado puede resecar la piel, sobre todo si no utilizas los productos adecuados, si te duchas durante demasiado tiempo o si el agua está demasiado caliente (hablaremos de todo esto más adelante).

Y, por supuesto, si estás visiblemente sucia, dúchate. Es mejor tener un poco de sequedad que oler mal, por supuesto.

Cómo limitar la irritación cutánea

  1. Evita el agua muy caliente. En su lugar, dúchate con agua templada o fría.
  2.   Limita la duración de la ducha entre cinco a diez minutos para no permanecer demasiado tiempo en el agua.
  3. Utiliza las yemas de los dedos para hacer espuma y extender el jabón por el cuerpo en lugar de una toallita o un estropajo. (Si no es uno nuevo o limpio cada vez, éstos pueden albergar muchas bacterias y básicamente sólo esparcen toda la suciedad y mugre que te quitaste en la última ducha).
  4. Opta por un jabón suave y sin perfume (o natural).
  5. Después de la ducha, sécate la piel con una toalla en lugar de frotarla. Esto puede provocar una exfoliación adicional que no deseas cuando tu piel está húmeda y vulnerable. Si tienes una toalla de microfibra, aún mejor.
  6. Mientras la piel esté ligeramente húmeda, aplícate lociones o cremas

De nuevo, si acabas de irte de acampada durante una semana y estás visiblemente sucio, querrás enjabonarte todo el cuerpo. Por lo demás, sólo necesitas jabón en las axilas y las ingles. Si tu piel se seca e irrita con facilidad, prueba esta técnica durante tus duchas habituales, no las de después de entrenar o acampar.

 

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