¿Alguna vez has sentido que el estómago te da vueltas y que te sudan las palmas de las manos sólo de pensar en hablar en público? Pues no eres el única. Para muchas, hablar delante de un grupo puede desencadenar una respuesta de lucha o huida que nos hace querer correr en dirección contraria. Sobre todo ahora que nos hemos acostumbrado a los puestos a distancia, hablar en público nos pone más nerviosos que nunca. Pero con los trucos adecuados, puedes aprender cómo superar el miedo escénico.

Cómo superar el miedo escénico

Desde ejercicios de respiración profunda hasta la visualización del éxito, te ofrecemos estrategias eficaces que te harán sentir como una profesional ante cualquier público. Aquí tienes los mejores consejos sobre cómo superar el miedo escénico:

Conviértete en una experta en tu tema

Cuando se trata de hablar en público, saber es poder. Aunque suene un poco obvio, es fundamental recordarlo: cuanto más sepas sobre tu tema, más segura te sentirás al presentarlo ante los demás. Por lo tanto, asegúrate de investigar a fondo tu tema y recabar toda la información posible.

Esto puede significar leer artículos o libros, ver vídeos relacionados con el tema, hablar con expertos en la materia o incluso asistir a eventos relevantes para adquirir nuevos conocimientos. Esfuérzate al máximo en tu investigación: ¡no hay nada como estar demasiado preparado! Esto no sólo aumentará tu confianza, sino que también hará que tu presentación sea más interesante e informativa para tu público.

Visualiza y manifiesta tu éxito

Si te metes en una situación insistiendo en que va a ir fatal, lo más probable es que eso ocurra. Visualizar un discurso o una presentación con éxito y decirte a ti misma que lo vas a lograr puede ayudarte a prepararte mentalmente creando una imagen mental positiva de ti mismo pronunciándolo con facilidad.

Antes de que llegue el gran momento, intenta visualizarte de pie frente al público, tranquila, serena y segura de ti mismo. Imagina que tu voz es fuerte y clara, y que los miembros de tu audiencia están atentos y cautivados por tus argumentos. Afírmate cosas positivas y sé conocedora de que va a dar lo mejor de sí misma.

Prepara un esquema o crea una tarjeta de notas

La organización es clave a la hora de pronunciar un discurso o una presentación con éxito. Crear un esquema o una tarjeta de notas puede ayudarte a mantener el rumbo y evitar que te pierdas en tus pensamientos o te atragantes por los nervios.

¿Qué hace que una tarjeta de notas tenga éxito? En primer lugar, es obvio que quieres evitar leer todo lo que dices palabra por palabra en un trozo de papel. Así que empieza por hacer una lluvia de ideas sobre tus puntos clave y la información de apoyo más importante, y luego tómate tu tiempo para organizarlos en una secuencia lógica que fluya bien y tenga sentido para tu audiencia. No te preocupes por hacerlo todo perfecto a la primera, ya que siempre puedes revisarlo y perfeccionarlo a medida que practiques.

Esto no sólo te ayudará a mantenerte organizada y concentrada, sino que también puede aliviar parte del estrés y la ansiedad que conlleva hablar en público. Si uno de tus mayores miedos es quedarte en blanco, este consejo es tu mejor amigo.

Practica técnicas de respiración profunda

Desde que éramos pequeñas, nos han dicho que respiremos hondo cuando necesitamos calmarnos. ¿Y adivina qué? Funciona. Cuando nos ponemos nerviosas, nuestra respiración se vuelve superficial y rápida, lo que puede aumentar nuestra ansiedad y hacer que nos sintamos aún más ansiosos. Por eso, si practicas la respiración profunda, podrás calmar los nervios y reducir el estrés, lo que, en última instancia, te permitirá pronunciar un discurso o hacer una presentación con más fuerza y confianza. Antes de empezar, tómate unos minutos para concentrarte en tu respiración, inspira lentamente por la nariz y llena los pulmones de aire. Aguanta la respiración unos segundos y suéltala lentamente por la boca. Repite este proceso varias veces para que todo tu cuerpo se relaje. Si empiezas a sentirte nerviosa mientras hablas, busca un buen momento para hacer una pausa natural y respira hondo.

Haz contacto visual

El contacto visual no sólo es importante para establecer una conexión con el público, sino que también ayuda a mantener tu atención y concentración en la presentación. Mirar las notas o el suelo durante el discurso hará que la atención del público se desvíe hacia otros lugares, como sus teléfonos o el tipo de sándwich que van a comer.

Al establecer contacto visual, haces saber a tu audiencia que te preocupas por ellos y por su presencia en la sala. Nadie quiere mantener una conversación con alguien a quien no le importa lo más mínimo, ¿verdad? Si te pone nerviosa establecer contacto visual, empieza con grupos pequeños de personas o incluso practiqua delante de un espejo. Y no tengas miedo de sonreír o mostrar un poco de personalidad al establecer contacto visual.

 

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