He desde casa mucho antes de que la pandemia mandara a los trabajadores a casa con sus portátiles. Aunque estaba acostumbrada a tener el escritorio apiñado en la sala de estar, a veces cualquier detalle me sacaba de mi concentración. Por suerte, aprendí cómo ser productiva trabajando en el salón de tu casa y hoy compartiré el secreto contigo.

Cómo ser productiva trabajando en el salón de tu casa

Si tu oficina está en una parte de tu casa que fácilmente te arrebata la concentración, tranquila, aprende cómo ser productiva trabajando en el salón de tu casa.

Crea un espacio de trabajo designado, pero bonito

Esta parte va a escocer un poco. Sé lo tentador que es trasladar el portátil de la cama al sofá y a la mesa de la cocina, todo ello para evitar añadir muebles de oficina al salón. No es un aspecto bonito, pero te mereces un espacio de trabajo real al que acudir cada día. Mi solución para suavizar el golpe fue evitar los accesorios con aspecto de oficina.

Puedes comprar un bonito escritorio y una silla de escritorio y rematarlo con accesorios encantadores que no parezcan salidos de una tienda de material de oficina. Gastar en un cuaderno de notas que te guste mirar o en una bandeja de mármol para recoger los bolígrafos y los clips puede cambiar lo que sientes por tu espacio de trabajo y puede ayudar a que se integre cuando tengas amigos para una cena.

La razón por la que es tan importante crear un espacio de trabajo que te guste es que te motivará a trabajar en tu escritorio más a menudo. ¿Es cómoda la cama? Sí. ¿Es el mejor lugar para trabajar? La mayoría de las veces, no. En una oficina en casa no hay reglas (al fin y al cabo, es tu salón), así que crea un espacio de trabajo que te guste mirar y en el que trabajar.

Establece límites

¿Tienes un compañero de piso al que le gusta charlar cuando está comiendo y tú no? ¿Tu vecino se pasa para hablar desde que sabe que estás trabajando en casa? ¿Tu madre, muy servicial, quiere volver a casa para charlar contigo? Cuando trabajas desde el salón de tu casa, es muy importante establecer límites. Deja claro a tus amigos y familiares, vivas o no con ellos, que el hecho de trabajar desde casa no significa que estés disponible para charlar.

También es importante recordar que no tienes que estar atenta en todo momento. Puedes poner el teléfono en la otra habitación o ignorar un texto o una llamada que no sea de emergencia hasta que te desconectes al final del día.

Comunicar con claridad

Para asegurarnos de que no nos retrasamos el uno al otro durante la jornada laboral, es primordial ser muy comunicativos con respecto a cuándo estamos disponibles para conectar con el otro. Por la mañana, repasamos nuestros horarios del día para saber cuándo podemos esperar que la otra persona no esté disponible (por ejemplo, durante una reunión). Luego, a lo largo del día, comprobamos si es un buen momento para dar un paseo o comer juntos. Si alguien se pone a charlar y la otra persona necesita concentrarse, nos lo hacemos saber.

No se puede conseguir lo que no se pide. Si vives con un compañero de piso, un familiar o una pareja sentimental, simplemente hazle saber lo que necesitas para sentirte bien con tus niveles de productividad.

LEER MÁS:Consejos para trabajar desde casa durante la pandemia

El mismo proceso de pensamiento se aplica con los compañeros de trabajo que pueden distraerte desde la distancia. Puede ser tentador estar atento en todo momento cuando se trabaja desde casa para demostrar que, de hecho, se está trabajando, pero a veces es necesario sacar tiempo para centrarte únicamente en la tarea que se está realizando. No tengas miedo de decirle a tu jefe o a tus compañeros de equipo que vas a estar dos horas sin hacer nada y que no vas a responder a Slack o a los correos electrónicos durante ese tiempo.

Planifica los descansos

Cuando trabajas desde casa, es muy fácil sentirte culpable por tomar descansos. Cuando estaba en una oficina, no pensaba en tomar un descanso de 15 minutos para charlar con un compañero de trabajo. Cuando estás en una oficina real y te relacionas con tus compañeros de trabajo, una pausa parece más una parte normal de tu jornada laboral. En casa, puede parecer que se está holgazaneando. Y para ser justos, es muy fácil dejar que una pausa rápida para el café se convierta en una pausa mucho más larga de lo previsto cuando estás en casa y hay que lavar la ropa o jugar con un lindo cachorro. Sin embargo, estas pausas de descanso pueden ser planificadas y así no se interpondrán en el desarrollo de tus tareas.

 

 

Pin It on Pinterest

Shares
Comparte este post