¿Ser delgada sin hacer dieta? ¿Es posible? Si no se hace dieta, ¿cuál es el secreto para adelgazar y mantener un peso adecuado? Desde descansar lo suficiente hasta comer sano y salir con las amigas, aquí hay algunas reglas que puedes seguir para evitar las dietas y mantener un peso saludable sin preocupaciones.

Consejos para ser delgada sin hacer dieta

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1. Bebe agua

Mantenerse hidratado no solo es importante para mantener la salud en general (especialmente al hacer ejercicio), sino que a veces confundimos la sensación de sed con hambre. Mantenerte hidratada es clave para el control del peso y la salud en general.

Si bien puede ser tentador recurrir a bebidas azucaradas como refrescos, jugos, café con edulcorantes y cócteles, trata de beber mucha agua en su lugar. Mantén una jarra de agua en tu escritorio para recordarte y lleva consigo una botella de agua reutilizable cuando estés de viaje.

2. Cada día no es una ocasión especial

Donas en la oficina, una comida grasosa en un restaurante, pastel en la fiesta de cumpleaños de un amigo. Estos eventos ocurren con tanta regularidad que es fácil justificar cualquier día como digno de un derroche. Si bien las golosinas ocasionales son imprescindibles, tu dieta en general es lo que mantiene tu peso estable.

Así que elige sabiamente tus golosinas y elimine el resto. Tal vez compartas una crème brûlée con tu esposo en la noche de la cita, pero pasa las galletas en las reuniones durante el día. O celebra tu cumpleaños con pastel, pero no el de todos los que conoces.

3. Habla mucho durante la cena

Sí, estás en la mesa para comer, pero también estás ahí para ponerte al día con tus compañeros de mesa, así que conviértelos en la estrella del espectáculo. La charla puede ralentizarte para que, naturalmente, comas menos.

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4. No pierdas el tiempo con alimentos dietéticos

Los alimentos con etiquetas bajas en grasas o calorías suenan bien, en teoría. El problema es que a menudo se procesan en gran medida y tienen un alto contenido de carbohidratos. Estos se convertirán en azúcar en tu cuerpo, contribuyendo potencialmente al aumento de peso. Además, las empresas mejoran estos productos después de eliminar la grasa al bombearlos con azúcar, sal y otros aditivos.

5. Ninguna comida es “mala”

No vale la pena referirse a los brownies como «malos» y a la col rizada como «buenos». En un estudio de la Universidad de Toronto, las mujeres que fueron privadas de chocolate durante una semana experimentaron más antojos y eran más propensas a comer más chocolate.

Un estudio posterior de 2010 confirmó los resultados: Si te dices a ti misma que no puedes comer chocolate y tratas de no pensar en el chocolate, te obsesionas con… chocolate. Y te encuentras bufándote con golosinas de chocolate. Se relaciona con pensar que eres un fracaso en la dieta, lo que te hace sentir culpable y, como resultado, comes en exceso. Para una relación más feliz con la comida, deshazte de «malo» de tu vocabulario.

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