El invierno ya está aquí. Al igual que nuestros armarios, nuestras rutinas de bienestar deben ser diferentes en invierno. Nuestros cuerpos necesitan cosas diferentes en cada estación; el cuidado personal, los alimentos, el ejercicio y el cariño que tu cuerpo necesita en invierno van a ser diferentes de los que necesita en verano. Así que es hora de cambiar tu rutina para aprender cómo cuidar de tu cuerpo en invierno.

Cómo cuidar de tu cuerpo en invierno

Sigue leyendo para conocer cómo cuidar de tu cuerpo en invierno y disfrutar de una temporada saludable y sin estrés.

Prioriza el sueño

Ahora que los días son más cortos y tenemos menos vitamina D de la que estábamos acostumbrados durante el verano, es natural que sientas algo de depresión invernal, es decir, que te sientas un poco más letárgica y cansada en esta época del año. Como hay menos horas de luz, el cuerpo produce más melatonina (una hormona del sueño) en esta época del año, y es probable que tus hábitos de sueño se hayan visto afectados por el cambio de hora.

En lugar de luchar contra la fatiga, piensa en esta estación como una época de descanso y recuperación, y adapta tu rutina de autocuidado en consecuencia.

Céntrate en las relaciones

Sí, incluso el cuidado de una misma incluye el cuidado de las relaciones. La conexión es una parte importante de una rutina de bienestar porque las relaciones satisfactorias ayudan a mejorar nuestra felicidad y satisfacción general en la vida. El invierno es el momento perfecto para dar prioridad a la conexión debido a la temporada de vacaciones, pero tu calendario social puede extenderse mucho más allá de la víspera de Año Nuevo.

Haz planes extra a lo largo de la semana para ponerte al día con tu madre por teléfono o para ir al cine con tu mejor amigo. Sea cual sea la forma en que decidas fomentar la conexión, debes provocar alegría y ayudarte a restablecerte para que puedas mostrar lo mejor de ti misma y de las personas de las que te rodeas.

Abandona los alimentos crudos y las comidas frías

En verano, nada apetece más que morder un jugoso trozo de sandía, saborear una crujiente ensalada o tomar un refrescante batido. Pero cuando bajan las temperaturas y nos adentramos en pleno invierno, puede que notes un cambio en tu apetito y que a tu cuerpo le apetezcan comidas calientes y reconfortantes como el chili, la pasta y el pudin de higos caliente.

Con un tiempo sombrío y menos exposición al sol, no es de extrañar que busquemos alimentos más sustanciosos y reconfortantes para mejorar nuestro estado de ánimo y calentar el cuerpo. Recuerda que las ensaladas y los batidos no son los únicos alimentos saludables. Usa tu creatividad con guisos nutritivos, sopas y verduras asadas.

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Incorpora productos de temporada

Por si aún no lo sabes, lo mejor es comer en temporada. Por suerte, el invierno ofrece muchos productos deliciosos y sabrosos. En cuanto a la fruta, prueba las manzanas, las granadas, las naranjas, las peras. En cuanto a las verduras, llénate de calabaza, boniatos, col rizada, coles de Bruselas, nabos y remolachas, por nombrar algunos.

Escucha, si no puedes vivir sin tu tostada de aguacate o te encanta comer mangos todo el año, no significa que debas dejar de lado los productos de temporada durante la primavera o el verano. Lo más importante es comer fruta y verdura, sea cual sea (¡y siempre hay que disfrutar de lo que se come!). En lugar de sustituir tus alimentos favoritos, piensa en añadir productos de invierno. Por ejemplo, añade semillas de granada a tu tostada de aguacate o prepara una guarnición de verduras de invierno asadas.

Haz honor a tu gusto por lo dulce

Sería negligente por mi parte no mencionar todas las golosinas que son sinónimo de esta época del año: galletas, tarta de manzana, ponche de huevo, bebidas navideñas de Starbucks. En lugar de privarte de la cazuela de boniatos y preocuparte por cuántas calorías consumes con las sobras de las fiestas, tómate tu tiempo para disfrutar de los sabores de los alimentos que te gustan y concéntrate en conectar y celebrar con tus seres queridos.

Si se te antojan más los dulces durante esta época del año, no te asustes. Opta por el chocolate negro rico en antioxidantes o por alimentos naturalmente dulces como el plátano y la miel cruda. Pero también date el capricho de las famosas galletas de tu madre o de una taza de chocolate caliente cuando te apetezca, totalmente libre de culpa.

Como en cualquier época del año, la clave es ser consciente, así que comprueba constantemente cómo se siente tu cuerpo.

Descansar es tan bueno como moverse

Tanto si estás ocupado con los plazos del trabajo y una agenda social repleta como si la tristeza invernal te hace sentir cansada todo el tiempo, es fácil que dejes de hacer ejercicio. La idea de abandonar la cama caliente y acogedora puede disuadir incluso a los más entusiastas del ejercicio, ¿y sabes qué? No pasa nada. Si a tu cuerpo no le apetece correr cinco kilómetros o hacer una clase de HIIT, no lo fuerces. En lugar de eso, mueve tu cuerpo de una forma que te resulte natural y nutritiva, como dar un paseo al aire libre, hacer yoga o estirarte antes de acostarte.

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