La cirugía artroscópica implica el uso de un pequeño telescopio, llamado artroscopio, para observar el interior de las articulaciones. Las articulaciones típicamente susceptibles de cirugía artroscópica incluyen la rodilla, el hombro, el codo, el tobillo y la cadera. Actualmente, la cirugía artroscópica tiene muchas ventajas sobre la cirugía abierta tradicional.

Permite una excelente iluminación y aumento de las estructuras en el interior de las articulaciones. Las pequeñas incisiones dejan cicatrices mucho más pequeñas que los procedimientos quirúrgicos abiertos tradicionales. Debido a que se evita una gran herida abierta, los pacientes suelen sentir menos dolor y con mayor frecuencia pueden ser tratados como pacientes ambulatorios, lo que les permite volver a sus actividades normales más rápido.

Cirugía artroscópica, todo lo que necesitas saber

Un cirujano experto en cirugía artroscópica puede determinar mejor si el paciente se adapta mejor a un procedimiento quirúrgico artroscópico o abierto. De necesitarlo, lo recomendable es encontrar el experto más fiable; hay un traumatólogo en Bilbao, que puede ayudarte, no solo al momento de realizar la cirugía sino a las consultas previas que sean necesarias.

 

La herramienta

El artroscopio tiene aproximadamente el tamaño de un lápiz y se inserta en la articulación a través de una incisión, generalmente de aproximadamente media pulgada de largo (denominada portal). También se insertan otros instrumentos del mismo tamaño en la rodilla para sondear, extirpar o reparar tejidos lesionados. La visualización de la articulación a través de instrumentos tan pequeños requiere más de un ángulo de enfoque.

¿En qué consiste la intervención?

La artroscopia es una cirugía mínimamente invasiva que utiliza el mencionado artroscopio, un tubo largo y flexible con una cámara y una luz diminuta en su extremo, para ver un área interna, confirmar un diagnóstico y reparar el daño.

En comparación con la cirugía abierta tradicional, la cirugía artroscópica implica incisiones más pequeñas, tiempos de recuperación más breves y menos cicatrices. Un paciente a menudo regresa a casa el mismo día de la cirugía y puede reanudar sus actividades regulares en solo unas pocas semanas. Después de la cirugía artroscópica, los pacientes experimentan una función articular restaurada con menos dolor y mayor rango de movimiento que con la cirugía abierta tradicional.

¿Para qué se realiza?

La artroscopia generalmente se realiza para manipulaciones articulares simples, atención de fracturas, desbridamiento y extracción de fragmentos óseos. Los desgarros de los tendones de la rodilla también se reparan con frecuencia mediante cirugía artroscópica. Otras lesiones potencialmente tratables incluyen cartílago o ligamentos desgarrados, revestimientos articulares inflamados, síndrome del túnel carpiano, desgarros del manguito rotador y hueso o cartílago suelto. También se utiliza para examinar anomalías articulares y proporcionar un diagnóstico de muchas afecciones.

¿Cómo se realiza?

Durante la cirugía artroscópica, se hace una pequeña incisión cerca de la articulación o el hueso afectado y se inserta el artroscopio. Luego, las imágenes ampliadas se muestran en un monitor de video para que el cirujano las vea en tiempo real. Durante esta parte diagnóstica del procedimiento, se examinan los ligamentos, el cartílago y otras estructuras internas en busca de desgarros, daños y degeneración.

Si se detecta daño, a menudo se puede reparar de inmediato creando algunas incisiones pequeñas más a través de las cuales se insertan pequeños instrumentos quirúrgicos. Estos instrumentos permiten al cirujano reemplazar el cartílago dañado, unir los extremos desgarrados, eliminar el tejido suelto o realinear la articulación para minimizar el dolor y la inflamación. Una vez realizada la reparación, se retiran las herramientas y el artroscopio, y se suturan las incisiones para cerrarlas. La artroscopia a menudo produce menos dolor y rigidez, menos complicaciones y una recuperación más rápida que la cirugía abierta.

¿Es mejor someterse a una cirugia artroscópica?

Si es una opción, sí. La artroscopia le permite a un cirujano ortopédico diagnosticar y tratar trastornos dentro de la articulación a través de instrumentos de última generación que brindan una visión clara de la articulación.

Cada día, la artroscopia es una de las cirugías ortopédicas más comunes . Esta tecnología permite a a los médicos dar un diagnóstico preciso y brindar un tratamiento adecuado a los problemas de las articulaciones, asegurando la mejor atención ortopédica para los pacientes. Un procedimiento artroscópico es mucho menos invasivo, lo que resulta en menos dolor y tiempos de recuperación más rápidos.

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