El ejercicio es bueno para la salud mental, y es que no es ningún secreto que puede ponernos de mejor humor. La razón básica de esto es que cuando hacemos ejercicio, nuestros cuerpos liberan endorfinas, que son uno de los cuatro químicos que nos hacen sentir bien. De lo que mucha gente no se da cuenta, sin embargo, es el impacto profundo que puede tener el ejercicio en la salud mental. De hecho, varios estudios han demostrado que el ejercicio mejora el estado de ánimo, reduce la ansiedad y alivia la depresión.

El ejercicio no es una panacea emocional, pero para muchos puede aliviar algunas cargas e incluso reducir potencialmente la necesidad de medicamentos psiquiátricos (con la aprobación de tu médico).

Por qué el ejercicio es beneficioso para la salud mental

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1. Mejora el humor

La capacidad del ejercicio para reducir la depresión y mejorar el estado de ánimo es, quizá, su mayor beneficio para el bienestar mental. Se cree que la razón principal por la que tiene un efecto tan grande en nuestro bienestar emocional se debe al aumento inducido por el ejercicio en la circulación sanguínea al cerebro, así como a una influencia sobre el sistema hipotalámico-pituitario y, por tanto tanto, sobre la reactividad fisiológica al estrés.

El ejercicio puede tener un beneficio significativo para el estado de ánimo. De hecho, en la depresión y la ansiedad leves, a menudo es tan poderoso como la terapia o la medicación. Su capacidad para usarse en lugar de medicamentos no puede extenderse a casos más graves. Sin embargo, para las personas con depresión moderada o leve, es muy bueno agregarlo a su tratamiento de salud mental más formal. El ejercicio temprano en la mañana, junto con la exposición a la luz solar natural y la actividad en grupo, es especialmente bueno para la depresión.

El ejercicio específicamente aeróbico tiene el efecto más significativo sobre la depresión. Se ha descubierto que el ejercicio aeróbico de intensidad moderada tiene un impacto en las personas con depresión leve y moderada y el ejercicio de alto gasto energético (3 -5 días a la semana, durante 12 semanas) ha demostrado ser eficaz para reducir los síntomas de las personas diagnosticadas con trastorno depresivo mayor.

2. Apoya la salud del sueño

El ejercicio puede mejorar tanto el tiempo que duermes por la noche como la calidad del sueño. Vale la pena señalar que esto se vuelve progresivamente más cierto a medida que envejecemos; tiene un efecto menos positivo en niños y adultos más jóvenes.

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3. Aumenta el poder y la memoria del cerebro

Es tu cuerpo el que está haciendo el trabajo, pero los beneficios del ejercicio también son excelentes para tu cerebro. Esto se debe a que el ejercicio mejora la liberación del factor neurotrófico derivado del cerebro (una proteína que participa en la salud y el crecimiento neuronal).

Un estudio menciona que la aptitud aeróbica evita la pérdida de tejido cerebral relacionada con la edad durante el envejecimiento y mejora los aspectos funcionales de las regiones de orden superior involucradas en el control de la cognición. Las personas más activas o en mejor forma son capaces de asignar mayores recursos de atención hacia el medio ambiente y son capaces de procesar la información con mayor rapidez. Además del ejercicio aeróbico, el entrenamiento de resistencia, conocido principalmente por su capacidad para mejorar nuestra masa muscular, es particularmente útil para mejorar la memoria.

4. Multiplica tus niveles de energía

El ejercicio usa tu energía mientras lo haces, pero luego te la devuelve con creces. Puede parecer sorprendente que el ejercicio pueda ayudarte a tener más energía si estás cansada o fatigada para empezar, pero ese es realmente el caso.

El ejercicio reduce los síntomas de la fatiga en aproximadamente un 65%, o dos tercios, en promedio. Eso significa que incluso si te sientes cansada, el ejercicio podría ayudarte a sentirte con más energías; es una idea contraria a la intuición, pero se ha demostrado que es cierta la mayor parte del tiempo.

5. Alivia los síntomas de estrés y ansiedad

La ciencia también ha proporcionado alguna evidencia de que las personas físicamente activas tienen tasas más bajas de ansiedad y depresión que las personas sedentarias. El ejercicio mejora  la salud mental, al ayudar al cerebro a afrontar mejor el estrés.

Aunque los efectos del estrés y la reducción de la ansiedad a menudo se consideran temporales, en un estudio, los investigadores encontraron que aquellos que hacían ejercicio vigoroso con regularidad tenían un 25% menos de probabilidades de desarrollar depresión o un trastorno de ansiedad durante los próximos cinco años.

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