No existe un método ni una lista mágica de pautas que consigan automáticamente que todos alcancemos objetivos de salud, sintamos más energía, aclaremos la piel y perdamos peso. Sin embargo ¡aprende a comer más sano en fáciles pasos! Lo mejor es que NO se trata de hacer dietas.
Aprende a comer más sano en fáciles pasos
Aprende a comer más sano en fáciles pasos tomando en cuenta estos puntos…
Si tienes hambre, come
Date comidas nutritivas y céntrate en alimentar tu cuerpo con la energía suficiente para pasar el día, sea lo que sea lo que te parezca a ti. Asimismo, en lugar de comer la ración que te recomiende otra persona (ya sea tu madre, un restaurante o las recomendaciones de la caja), come hasta que estés satisfecha y no demasiado lleno. Encuentra la cantidad, el tiempo y el método de comer que mejor funcione para tu cuerpo y estilo de vida.
Espolvoréelo todo con semillas
Si no has utilizado el grupo de alimentos de las semillas, te lo estás perdiendo. Semillas como la chía, la linaza y las semillas de calabaza son potencias nutricionales, que contienen una amplia variedad de vitaminas, antioxidantes y minerales como el calcio, zinc y magnesio. Puedes probar a añadir semillas de chía a tu batido, picar semillas de calabaza tostadas y espolvorear semillas de sésamo en salteados.
Incluye más alimentos ricos en agua en tu dieta
Beber agua es tan importante que también puedes ingerirla. Comer alimentos ricos en agua es el secreto de una hidratación duradera y a largo plazo (y de un resplandor iluminado desde dentro). Llena tu taza de la comida con alimentos como tomates, pepinos, lechuga romana y bayas, todas ellas ricas en agua.
La sandía es uno de los alimentos más hidratantes que puedes comer, con un contenido de agua del 92%. Los alimentos ricos en agua hidratarán tu cuerpo como el viejo H2O, pero también añadirán los nutrientes adicionales que vienen de las frutas y verduras.
Prueba una verdura nueva cada semana
Aunque tener una lista es necesario para nosotras, las chicas ocupadas (y para otras chicas perezosas), no siempre nos prepara para las comidas más inventivas o la mayor variedad de nutrientes. Ponte el reto de probar una verdura diferente que no hayas probado nunca. Quizá hayas visto una deliciosa receta de calabaza y nunca la hayas cocinado, quizá veas remolachas en el supermercado y busques en Google cómo prepararlas, o quizá encuentres en el mercado una nueva verdura de hoja verde que nunca hayas probado.
Probar (o cocinar) algo nuevo no sólo hará que tus comidas sean más emocionantes, sino que una mayor variedad de alimentos también significa una mayor variedad de nutrientes. Además, puede que algo te guste tanto que acabe en tu lista de la compra de siempre.
Llena la mayor parte de tu plato con alimentos de la tierra
En lugar de seguir la regla 80/20 o limitarte a una dieta exclusivamente vegetal si te parece demasiado restrictiva, piensa en comer «a base de plantas«. Aunque el título suena un poco cursi, la idea es que puedes destacar y celebrar los alimentos nutritivos, pero no tienes por qué limitarte a ellos.
En lugar de medir, controlar o limitar, simplemente asegúrate de que la mayor parte de tu plato procede de la tierra (en lugar de una fábrica), ya sean frutas, verduras, cereales integrales (como avena, arroz y quinoa) o frutos secos y semillas. Te cargarás de los alimentos que te hacen sentir bien sin restringirte de los alimentos que te gustan.
Añade más fibra a tu dieta
Aunque la fibra no es el nutriente más atractivo (las proteínas y las grasas acaparan toda la atención), es uno de los más importantes. Y, sin embargo, sólo un 5% de la población del país cumple las recomendaciones diarias de fibra. La fibra es la parte de los alimentos que el cuerpo no puede descomponer, por lo que pasa a través de todo el sistema digestivo y ayuda a mantenerlo sano. Pero la fibra tiene otros beneficios además de la salud intestinal y la regularidad (aunque éstos ya estarían bien). Puedes encontrar fibra en frutas, verduras, frutos secos, cereales integrales y semillas.