Si perder peso es uno de tus objetivos este año y no sabes por dónde empezar, no estás sola. La pérdida de peso requiere trabajo y mucha paciencia. Incluye establecer objetivos bien pensados, observar tus niveles de actividad física, adoptar hábitos alimenticios saludables, dormir lo suficiente, controlar el estrés y ser consciente de los factores que pueden estar fuera de tu control, como problemas de salud u hormonas. También es muy importante tener en cuenta que si tienes antecedentes de trastornos alimenticios, un plan para perder peso podría no ser una opción saludable para ti. Debes consultar a un médico antes de hacer cambios en tu dieta o régimen de ejercicio. Al final del día, el objetivo es sentirse mejor, física, mental y emocionalmente.
1. Sé realista
La pérdida de peso efectiva requiere honestidad personal. Asegúrate de que cualquier cambio que hagas sea realista para ti y tu estilo de vida. Por ejemplo, no planees cocinar una comida saludable todas las noches si odias pasar tiempo frente a la estufa. En su lugar, puedes comprometerte a cocinar dos noches por semana y ordenar un restaurante con opciones saludables el resto del tiempo.
También es importante ser honesta sobre tus propias preferencias alimentarias. Si realmente no te gusta un alimento, no te obligues a comerlo. En su lugar, elabora un plan de alimentación que enfatice los alimentos saludables que realmente disfrutas comer.
2. Identifica tu verdadera motivación
Tener claro por qué quieres perder peso te proporcionará el combustible para seguir adelante cuando tus ganas empiecen a debilitarse. Hazte las siguientes preguntas: “¿Por qué quiero estar más saludable?” “¿Por qué es eso importante para mí?” “¿Cómo me sentiría si alcanzo mis objetivos?” “¿Cómo afectaría eso a las personas que amo y que me aman?” Cuando tengas claras las respuestas a esas preguntas y continúes recordándote a sí misma por qué estás eligiendo un estilo de vida más saludable, será mucho más fácil mantenerte encaminada para tomar buenas decisiones de manera consistente.
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3. Elije un enfoque dietético que funcione para ti
A pesar de todo el bombo publicitario en torno a varias dietas, realmente no hay una “mejor manera”. La clave es elegir un enfoque dietético que se adapte fácilmente a tu estilo de vida. La mejor dieta es aquella que funciona para el individuo, al tiempo que proporciona una alimentación adecuada.
4. Tómalo con calma
Se puede perder peso rápidamente, sí, pero rara vez es sostenible. La pérdida de peso lenta y constante es el camino a seguir, ya que será mucho más probable que mantengas ese peso a largo plazo.
Una tasa saludable de pérdida de peso generalmente es de medio kilo a un kilo por semana. Pero no debes quedar atrapada en estos números semanales. En cambio, concéntrate en ser consistente comiendo bien y haciendo ejercicio. Lo mejor que puedes hacer es cambiar lentamente tus hábitos y construir patrones de alimentación sostenibles.
5. No entres en pánico si no avanzas rápido
Avanzar lento o “estancarse” puede ser algo muy normal. Es muy estresante para el cuerpo perder peso, y estas “pausas” ayudan al cuerpo a tomarse un descanso y a asegurarse de que todos los sistemas sigan funcionando correctamente antes de perder más peso.
Cambiar tu dieta podría ayudarte a superar estos “baches”, pero depende de cada persona. A veces, la dieta necesita ser reevaluada y otras veces otros factores, como los niveles de estrés, el sueño y los niveles de actividad física pueden estar influyendo y deben abordarse.
¿En otras palabras? Si no estás perdiendo peso, no asumas que es hora de comer menos calorías. En cambio, identifica todos y cada uno de los factores contribuyentes.
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6. Sigue alimentando tu motivación
Lograr la pérdida de peso que buscabas puede ser simultáneamente emocionante y decepcionante. Para mantener tu pérdida de peso, deberás seguir alimentando tu motivación. Mantente al día con tus hábitos saludables: Comer saludablemente, mantener una actividad física constante, controlar el estrés y dormir bien. Es importante no renunciar a tu nuevo estilo de vida porque alcanzaste un objetivo de peso.
También puede ser útil establecer nuevas metas de salud, como correr 5 km o dormir ocho horas todas las noches, para mantener tu impulso hacia adelante. Y recuerda seguir enfocándote en los motivadores que identificaste cuando comenzaste a alcanzar su objetivo.
7. Sé amable contigo misma
Mientras te esfuerzas por perder peso, recuerda ser tu propia animadora. No te compares con nadie más, incluso si esa otra persona eres tú (hace 20 años, antes de tener hijos y una carrera, etc.). Concéntrate en mirar hacia adelante y mantente motivada.